Galán explicó que debido a la escasez de lluvias, agravada por el fenómeno de El Niño, el nivel del principal sistema que abastece a la ciudad, el de Chingaza, formado por los embalses de Chuza y San Rafael, está en el 16,97 % de su capacidad, lo que equivale a 48 millones de metros cúbicos.
La ministra por su parte añadió que el racionamiento anunciado por la Alcaldía será insuficiente porque los Planes de Ordenamiento Territorial «priorizaron la expansión urbanística por encima de la capacidad hídrica de la región». Todos los años, el 30 % de los municipios de Cundinamarca tienen que ser provistos por carrotanques en temporada seca «porque la cuenca del río Bogotá ha perdido su capacidad de regulación hídrica».
Muhamad reiteró que la falta de planificación ante la emergencia pudo evitarse de haber adoptado políticas integrales en el uso del agua como la instalación de «plantas de tratamiento que recirculen el agua y sirvan de almacenamiento de lluvias a nivel local y familiar, pero también a niveles mas amplios».
La ministra confirmó que el Gobierno lleva más de un año trabajando en una resolución para tratar el desabastecimiento de agua que afecta al país y aseguró que incluirán lineamientos para el manejo del agua en toda la sabana de Bogotá.
¿En qué se gasta más agua en los hogares?
Uno de los gastos que puede tener un impacto significativo en la economía doméstica se relaciona con los servicios públicos. En este contexto, el agua desempeña un papel crucial que puede influir de manera tanto positiva como negativa ya sea en las finanzas familiares o en el medio ambiente, y esto está directamente relacionado con el nivel de conciencia en cuanto al consumo.
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una cantidad de 100 litros de agua debería ser suficiente para cubrir las necesidades esenciales en términos de salud, alimentación e higiene personal. No obstante, en los hogares colombianos el consumo actual de agua supera en tres a cuatro veces la cantidad recomendada por la OMS, lo que indica un uso excesivo y potencialmente ineficiente del recurso.
“La mayor cantidad de agua se pierde en el inodoro (38%). Le siguen el lavado de ropa en lavadora con el 22%; el 20% se utiliza en la ducha y el 7% para lavar los platos ya sea en lavaplatos normal o lavavajillas eléctricos. Se calcula que algunas personas gastan hasta 10 litros de agua solo para lavarse las manos. Es recomendable a la hora de realizar el cepillado de dientes, utilizar apenas medio litro contra los diez que se pueden llegar a desperdiciar si se deja abierta la llave”, dice OMS.
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