Pese a ser el más usado, también es el que más críticas genera por cuenta de los hechos de inseguridad que se ven en el sistema, así como la falta de cultura de varios de sus usuarios que en varias oportunidades dejan hechos de intolerancia.
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Algunas de las escenas más frecuentes son las peleas por las sillas de los buses o en las que se ven adultos mayores de pie sin que nadie les ceda el asiento.
Lo que muchos no saben es que esta última conducta puede se penalizada, no importa que la silla sea azul o roja, aquellas personas que se nieguen a cederle el asiento a una persona cuya condición sea vulnerable, como niños, mujeres embarazadas, en condición de discapacidad o adulto mayor, podría ser multado.
Sin embargo, según el Código Nacional de Policía este comportamiento en el transporte público es una falta que debe ser penalizada.
“No cederle la silla a una persona que lo necesite (embarazada, en situación de discapacidad, adulto mayor o niño) tendrá una amonestación de llamado de atención en privado o en público”, dicta el artículo 146 del Código de Policía.
Pero esta no es la única multa. Otro de los comportamientos más comunes en el interior del sistema es impedir el ingreso o salida, acto que también podría ser penalizado, esta vez con una multa monetaria.
Impedir el ingreso o salida prioritaria a mujer embarazada, adulto mayor, persona con niños o niñas, o personas con discapacidad trae consigo una multa general tipo 1, que equivale a cuatro salarios mínimos diarios legales vigentes.