De acuerdo con cifras reveladas por el DANE, en el trimestre de diciembre de 2023 a febrero de 2024, el porcentaje de personas ocupadas de manera informal se ubicó en 56,3%, que significó una reducción de 1.5 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior, es decir el 57,8%.
La ocupación informal en Colombia es una realidad y es una manera de ‘rebusque’ en la que los colombianos tratan de conseguir ingresos a partir de ventas informales ya sea en el espacio público o en los medios de transporte. Uno de los oficios que más se observa en las calles son los vendedores y vendedoras de tinto y aromáticas, entre otras bebidas calientes.
Estas personas salen desde muy tempranas horas de la mañana con sus puestos móviles para ofrecer esta bebida predilecta por los ciudadanos que salen a trabajar. Los vendedores de tinto los podemos encontrar en diferentes calles de la capital en la mañana, tarde e incluso en la noche. Normalmente se ubican cerca a los paraderos de buses, parques, cerca a centros empresariales o médicos, siempre en búsqueda de clientes que deseen calmar el frío capitalino con una bebida caliente.
Pues bien, más allá de lo que representan estas personas en el día a día para los amantes del café o tinto, sus finanzas son un tema que muchas veces parece imperceptible. Por eso, un youtuber llamado Juan Martinez Blessing se dio a la tarea de hacerle seguimiento a esta labor de estos vendedores y vendedoras para conocer lo que hay detrás de un día de trabajo.
El youtuber inició la travesía a las 7 de la mañana comprando un tinto a una vendedora. La mujer aseguró que trabajó durante varios años en el sector de Patio Bonito, pero luego se trasladó a otro sector donde después de 7 años logró estabilizarse. “De este puestecito pago mi arriendo, comida, servicios, todo. Le di a mi mamá, a mis hijos y ayudo al que pueda ayudar”, comentó la vendedora informal.
Como es bien sabido, la labor de los vendedores informales es diaria, por lo que como ellos mismos dicen, “hay días buenos y malos” en materia de producción y ganancias.
Según las palabras de la primera mujer entrevistada, en un día bueno se puede hacer entre 100 y 120 mil pesos diarios, mientras que en un día malo se puede hacer 60 mil pesos. Es decir, más del día de trabajo de 8 horas de un trabajador formal, que gana $43.333.
La trabajadora informal aclaró que a esos valores había que restarle lo que invirtió para surtir su puesto. De igual manera, aconsejó a quienes en este momento no tienen empleo, que consideren la venta de tinto porque le podría dar “para pagar el arriendo y la comida, que es lo realmente importante en la vida”.
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