Hoy en Tropicana
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La Gorda Fabiola representó una figura entrañable en la televisión colombiana, básicamente por su brillante trayectoria en el programa más longevo del país: Sábados Felices. Durante 38 años, la Gordita hizo parte del elenco que marcó generaciones y que alegró durante décadas las noches de los sábados a los televidentes, que hoy lamentan profundamente su partida, pues la recuerdan como una persona alegre, amable, sencilla y con un gran don de servicio.
A pesar de que su figuración en Sábados Felices y otros espacios del mundo espectáculo fue innegable, lo cierto es que los inicios de su exitosa carrera no fueron para nada sencillos. Fabiola vivió una niñez y adolescencia muy feliz en su natal Santa Marta, pero más adelante el destino la pondría en Bogotá, ciudad donde estudió Comunicación Social y quedó embarazada los 20 años. Se casó con un psicólogo llamado Mauricio Valencia con quien tuvo dos hijos: Alejandra y Juan Sebastián.
En entrevista con el programa ‘Entre Valientes’ de Tropicana, Posada comentó que fue en una situación económica muy compleja cuando apareció el productor de Sábados Felices para ofrecerle una oportunidad como extra. Buscaban una mujer de su contextura y ella aceptó. Le pagaban 8 mil pesos de la época, los cuales utilizaba para los transportes hacia la universidad y los gastos de su hija.
Posteriormente, la Gordita pudo ingresar al elenco principal tras la renuncia de una de las grandes figuras del programa. Fue entonces cuando empezó a figurar al lado de humoristas como EL Mocho Sánchez, el Flaco Agudelo, Mandíbula y Heriberto Sandoval, entre otros. Luego de su separación, allí conoció a Nelson Polanía Polilla, quien ingresó como humorista y se hizo muy buen amigo de Posada. Con el pasar del tiempo se enamoraron y fruto de su amor tuvieron a David, hijo menor de la samaria.
A pesar de su brillante carrera, la vida de la Gorda también estuvo marcada por los quebrantos de salud. A sus 32 años le diagnosticaron diabetes y llegó a pesar hasta 147 kilos. Posteriormente de debatió entre la vida y la muerte tras sufrir 4 infartos y una cirugía a corazón abierto.
Pese a todas esas pruebas de vida, Fabiola siempre mantuvo su alegría y esa sonrisa encantadora que siempre la caracterizó. En Entre Valientes, tan solo unos meses antes de su fallecimiento, habló de la muerte y la explicó no como un hecho terrorífico sino como una oportunidad para ‘trascender’.
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El programa ‘Lo Sé Todo’, publicó un audio en el que la Gorda Fabiola en medio de una entrevista, aparentemente, indicaba cuál era la frase que quería que apareciera como epitafio en su tumba. “Siempre he soñado con que mi tumba tenga un epitafio que diga: ‘Descansa en Paz Alma Mía, solo querías reír’. Ese me gustaría que fuera mi epitafio, pero quizá el gran legado que quisiera dejar y que entendieran, primero, las mujeres de tallas plus que tienen sobrepeso, es que ellas también son bellas. En que para todos los gustos hay, no tienen que sentir ningún complejo. Vuelvo y saco la misma palabra, busquen sus fortalezas y saquen provecho de ellas, llévense el mundo por delante que para nosotras también hay espacio. El legado para todo el mundo es que hay que reír, pese a la adversidad. Reír llorando es lo más bello que puede pasar y la risa, como decía aquella revista ‘Selecciones’: ¡Remedio Infalible! Siempre que estén tristes, que estén deprimidos y agobiados, busquen de qué reírse en la cotidianidad, en la calle, en todo está y verán cómo con una sonrisa puede darle la vuelta a todo», dijo la humorista.
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