Los pronósticos de los médicos para la mujer no eran nada alentadores, pues su cáncer ya había hecho metástasis, por lo que expertos le daban poco tiempo e incluso días de vida.
Más allá de derrumbarse con esta triste noticia, Stella se encargó de darle ánimos a su familia y hacer todo porque sus dos hijos y esposo no sufrieran en este proceso.
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“Le dije a mi esposo – amor, esto ya se terminó, no hay nada que hacer. Yo quiero que tu me sueltes, porque yo no quiero que tú sufras, no quiero que esto sea más doloroso de lo que ya puede ser. Te doy gracias porque he sido absolutamente feliz, no tengo nada que reprocharte, tenemos unos hijos espectaculares un hogar maravilloso, no te preocupes que yo me voy a ir a conocer a Dios (…) Eso sí quiero que por favor te cases”, contó Ríos.
Triste por tener que dejar a sus hijos, Stella se daba fuerzas pensando en que estarían bien en compañía de la compañía de su esposo, a quien resalta como un hombre maravilloso y muy amoroso.
Aunque le habías dicho que quedaban poco tiempo de vida, un conocido le recomendó no perder las esperanzas y acudir a una clínica especialista en su tipo de cáncer y aunque su póliza no cubría este lugar, apareció un ángel que se encargó de conseguirles un espacio en el centro médico.
Allí el pronóstico fue el mismo, poco alentador, sin embargo, los médicos vieron una pequeña luz y decidieron iniciar con quimioterapia y operarla.
Fue entonces que Stella se mostró optimista y tras escuchar un mensaje en una canción, entendió que Dios se encargaría de sanarla y convencida de ello inició con su tratamiento.
Después de su cuarta quimioterapia, le hicieron una resonancia y como si se tratara de un milagro su cáncer redujo considerablemente y la ingresaron a una segunda cirugía que tardó más de 8 horas y de la que salió victoriosa y hoy en día goza de salud y de la compañía de sus seres amados.