Los colados representan un importante hueco en las finanzas del sistema y por ende la compañía y el Distrito han tenido que llevar acciones de contingencia para garantizar la operación. Recordemos que este medio de transporte moviliza cerca de dos millones de personas a diario.
Asimismo, se instalaron torniquetes giratorios de barrotes. Aunque estos generaron molestia por la presunta incomodidad que suponen, lo cierto es que a los evasores les ha quedado más difícil la tarea de colarse, pues ya no lo pueden hacer halando el torniquete o saltándolo.
“Ese es el nuevo sistema de entrar al Transmilenio. La gente no es consciente de la situación que está pasando. Qué tristeza, Dios mío”, dijo el ciudadano que grabó a los colados.
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