Este comediante tiene una gran fanaticada que lo quiere y lo admira. Su trabajo, es considerado por muchos, como de los mejores en el mundo de la risa en el país. Además de tener muchos seguidores en Colombia, también tiene un público que lo aclama en el exterior.
Aunque muchos lo conocen como humorista, Piter Albeiro tiene un largo historial como empresario. El bogotano, que fue criado en Bucaramanga, se ha dedicado a diferentes oficios. Muchos ni se imaginan todas las empresas que ha creado.
“Siempre he sido más empresario que comediante. Solo que una vez me di cuenta que no es contar chistes (…) El verdadero negocio está en crear una comunidad que lo apoye a uno y en vender entradas, en vender tickets. Realmente, cuando yo me di cuenta que había un negocio bueno detrás de un personaje, ahí fue donde me interesó más el estar ahí (…) Entonces, yo comencé: compraba carros, vendía carros ahí en Bucaramanga en la universidad. Luego, se me dio por tener un almacén de ropa en Barbosa, Santander, porque yo decía eso es buen negocio y allá no había ropa de marca. Entonces, yo le compraba a una señora que se llamaba Elga, en Pilatos en Bucaramanga (…) Se llama Punto G», reveló el humorista en diálogo con Tropicana.
Piter Albeiro ha tenido otros negocios como un spa, venta de fresas y hasta comercializó caballos para cabalgatas:
«Montamos un spa: Stone Center Spa. Aromaterapia y todo. Y me llevé al profesor que leía el tarot allá (…) Luego, yendo pa’ Cúcuta a renovar mi permiso de importación temporal, había un accidente en la vía y un trancón ni el berraco, llegó una señora vendiendo fresas con crema. Las fresas más ricas que había yo comido en mi vida. Y yo me fui pa’ allá y dije: yo tengo que tener un negocio de fresas con crema. Ese se llamaba Frutipostre”, apuntó.
En diálogo con Tropicana, el comediante detalló que ha ‘hecho de todo un poco’. A la larga lista de los trabajos que ha hecho también se suma la creación de un club de taxistas en Bucaramanga y la realización de encuentros de motos. Con este último, el humorista reveló que facturaba muy bien.
“Los encuentros de moto me iba muy bien porque era una sola vez al año un solo fin de semana. Yo alcanzaba a traer entre 500 y 600 motos que pagaban $150.000 cada una por la inscripción (…) Entonces, uno le decía a las discotecas: le voy a traer 1.000 personas a que consuman a una fiesta”, relató Piter Albeiro.
De todos estos negocios, el humorista reveló cuál fue el que lo llevó a la quiebra:
«Una vez que organicé un concierto en Senfer (Bucaramanga). Un concierto no, se me ocurrió dizque un 15 de diciembre que la gente tiene prima, que eso es una maravilla Senfer. Era Don Jediondo, Alerta, Barbarita y yo (…) Me metí una quebrada. No, no, no. Uy, yo perdí mucha plata”.
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