Salazar pasó por los micrófonos de ‘Entre valientes’, hablando de su vida como periodista, los retos que ha tenido en el oficio de la información, y el trabajo que ha hecho para romper barreras en este campo. En diálogo con Adriana Bustos, directora de Bésame, la mujer cuenta una historia llena de inspiración y pasión por el deporte.
Un ejemplo de persistencia y trabajo
Actualmente, Juliana vive en Argentina, desempeñándose como presentadora de ESPN, una de las cadenas deportivas de televisión más importantes en el mundo.Llegar a donde está es el sueño de muchos, pero detrás de las cámaras y los micrófonos, hay toda una historia de lucha, trabajo y esfuerzo.
«Incursionar en el periodismo es todo un reto, y ser mujer colocó la barrera más alta para Salazar, quien confesó que sintió el rechazo por parte de algunos colegas. Algunas personas no estaban de acuerdo de que yo hablara de fútbol, o que estuviera en los camerinos (…) Anteriormente entrabas al camerino, los jugadores se acababan de duchar, algunos salían desnudos, entonces tenias que tener un profesionalismo muy alto para que la gente que estaba a tu alrededor entendiera que entrabas a hacer una entrevista«, expresó.
Las épocas han cambiado, pero para entonces, ver a una mujer en el periodismo no era visto con buenos ojos por algunas personalidades. «Siempre nos estigmatizaron y nos dijeron que no ibamos a llegar lejos, y yo digo que los límites se los pone uno, y no los demás», añadió.
La manizaleña reveló uno de los momentos más complicados que ha tenido que vivir en su carrera profesional, el cual enlutó a dos países en un triste hecho. El accidente de Chapecoense fue uno de los siniestros más trágicos en la historia del deporte, dejando un saldo fatal de 71 fallecidos y 6 sobrevivientes.
Empezamos a ser muy responsables con la información como tiene que ser. Cuando llega nuestro compañero Roberto Urrea (al lugar de los hechos), le preguntamos «¿Qué ves?», y el se queda en silencio y dice «muerte y desolación, no veo más«, añadió.
Desde la noche en la que ocurrió el triste suceso, ella estuvo a cargo de la búsqueda de la información para mantener actualizados a los oyentes con conexiones de distintas partes de Colombia y el mundo. Aquel suceso marcó una de las jornadas más exhaustivas y largas para que tuvo que vivir en calidad de periodista.
«Desde las 11 de la noche ibamos trabajando, después estube apoyando un poco en W, luego llamaron de ADN Chile, y estaba en un grupo de periodistas latioamericanos, y te digo que tenía por ahi 150 llamadas de WhatsApp. Nos llamaron de BBC Radio, a mi compañero Julián (Capera) desde la India, a todos nos querían conectar porque Caracol Radio estaba permanentemente con toda la información (…) Nostros nos metimos tanto en todo ese proceso, que uno termina sintiendo como si le hubiera pasado a un equipo casi nuestro», señaló.
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