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Ella se refiere al juego de hombres como unos manipuladores que hacen ver mal a las mujeres. Esto fue lo que publicó: "¿Defendemos a la esposa o a la moza? Vuelve y juega. Otro caso de tres son compañía en el cual sale bien librado el marido moralmente distraído y termina crucificada la otra, la tercera en discordia, la misma a la que le gritan perra, zorra, puta, vagabunda, y en algunos casos "menos agresivos", moza. El tipo vuelve con su "señora", con su "mujer", y la que queda arrastrada, denigrada, embarrada hasta las ojeras es la susodicha que le creyó que sí la quería cuando le cantaba al oído Te amo de Franco de Vita. El caballero sale bien librado todas las veces, como el hijo pródigo que retorna al hogar, como la oveja negra arrepentida, mientras la esposa queda nuevamente como la mensa del paseo que siempre lo perdona porque eso hacemos las mujeres, perdonar, y la otra, la pobre tarada que le comió cuento, queda como la quitamarido a la que dejaron vestida y alborotada. Viendo literalmente un chispero y con su reputación por el piso.
Sería bueno promover una fundación o alguna vaina promoza ante esta injusticia. Así sea un hashtag que incite que se le dé palo al perro y no a la doña que lo consentía. No hay derecho que el fenómeno Robinson Díaz se repita una y otra vez y nadie piense en ellas, en las Saras".
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