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La actriz confiesa que su trastorno comenzó a los 15 años cuando fue por primera vez a estados unidos, cuenta que después del viaje empezó a ver varios gorditos entre su pantalón gracias a la comida de ese país, un par de años después viajó nuevamente a ese país y ahí fue donde empezó a vomitar.
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La actriz también revela que duró tres años en ese estado y que incluso vomitaba cinco veces al día, pero un día sus padres se dieron cuenta lo que estaba ocurriendo y la decidieron internar en una clínica de rehabilitación.
Su recuperación fue completa gracias al tratamiento y los especialistas que la ayudaron además del autocontrol y la fuerza que tuvo.
Hoy en día Johana tiene una figura envidiable.
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